Escrituras | El humor en Lewis Carroll

«Son muchas las maneras en que Carroll juega y se ríe de la lógica y la lingüística. Tal vez la más notable de ellas es el poema “Jabberwocky”.  Y aquí es donde el autor lanza su ironía más filuda cuando Humty Dumty declara que es “capaz de interpretar todos los poemas que han sido inventados y muchos de los que no han sido inventados aún”.» Siendo Alicia en el País de las Maravillas y su secuela, A través del Espejo, uno de los libros más reeditados de la historia, conviene preguntarse qué los hace tan especiales y populares. En primer término, son libros que han fascinado a muchos niños de distintas épocas desde su publicación, pero también son mucho más que eso. Desde muy temprano han sido estudiados por físicos, matemáticos, lógicos, filósofos y científicos de toda índole, tanto como por psicoanalistas.  Solo por dar un ejemplo, Martin Gardner en su libro sobre la relatividad de Einstein cita a Carroll cuatro veces (1). Y es el mismo Gardener quien crea la edición anotada de aniversario de Alicia en el País de las Maravillas donde agrega, a veces, explicaciones que seguro espantarían al mismo Carroll (2).  Porque en la maraña de interpretaciones se pierde, a mi juicio, el punto más crucial del libro: su sentido del humor. Hay muchos tipos de sentidos del humor, pero el humor absurdo es sin duda el más trascendente de todos ellos. Para comprobarlo sólo basta con leer El Proceso de Kafka o Esperando a Godot de Beckett. Ciertamente podemos dar una interpretación general de los libros desde muchos puntos de vista, pero querer dar una explicación lógica y alegórica a cada línea y personaje es tan absurdo como los libros mismos. Un claro ejemplo de ello es la famosa “Loca Hora del Té” con la Liebre de marzo y el Sombrerero. Es aquí donde este último plantea un acertijo: “¿En qué se parece un cuervo a un escritorio?” Al no encontrar Alicia la respuesta, el sombrerero responde: “Yo no tengo la menor idea”. Como si esto no fuera suficientemente absurdo y jocoso, y el mismo Carroll haya dicho que el acertijo no tenía respuesta, se decidió hacer una Enciclopedia de Puzles en el año 1914, y dar respuestas al acertijo anterior, tales como: “Porque Poe escribió sobre los dos” o “Porque ambos se paran sobre sus patas”. Si bien las respuestas no dejan de ser ingeniosas, creo que son un despropósito. La gracia, el humor del acertijo, es que no tiene respuesta alguna, como tantas de las cosas absurdas que ocurren en el universo en el que entra Alicia en ambos libros. Es el mismo Chesterton quien escribe “su terrible miedo” … “de que la historia de Alicia ya ha caído en las pesadas manos de estudiosos y se estaba convirtiendo en fría y monumental como una clásica tumba… Pobre, pobre Alicia”, se lamenta Chesterton, “No solo ha sido atrapada y forzada a hacer tareas; ha sido forzada a instruir a otros. Alicia es ahora no solo una estudiante escolar, sino una profesora de escuela. Las vacaciones se acabaron…” No sólo en los libros de Alicia, sino también En La Caza del Snark (3), ante las insistentes preguntas del significado de pasajes de su libro Carroll respondía: “No sabía que significaba cuando lo escribí, ni se lo que significa ahora”. Pero este humor de Carroll puede tomar ribetes bastante oscuros, y tanto en los libros de Alicia como en La caza del Snark la idea de muerte, y de simplemente desvanecerse y dejar de existir, siempre está rondando. Hay un lado de angustia existencial en Carroll. Y es esto lo que toma Borges no solo como epígrafe, sino como inspiración para su magistral cuento “Las Ruinas Circulares: “y qué pasa si deja de soñarte”. Por supuesto está aquí también el juego de los espejos y el infinito que tanto cautivaban al autor argentino. El rey está soñando a Alicia que a su vez está soñando al rey y así hasta el infinito. Y es el mismo Borges quien dice que los sueños de Alicia bordean la pesadilla. Pero en esta oscuridad nunca debemos perder el sentido lúdico y humorísticos de los textos. Recordemos que Max Brod dice que Kafka rio hasta las lágrimas leyéndole a sus amigos el primer capítulo de El Proceso (3). De esta misma manera no me cabe duda de que Carroll rio de buena gana escribiendo sus libros.  El humor en Carroll también está dado porque, al igual que Cervantes que hizo una parodia de los libros de caballería, Carroll hizo una parodia de los libros infantiles de su época. Y estos tenían por tradición llevar una moraleja. Por eso la Duquesa no se cansa de repetir en su diálogo con Alicia: “y la moraleja de eso es…”. De hecho, hay una de ellas que me parece extremadamente interesante. Ante la pregunta de Alicia de cuál es la moraleja de una frase la Duquesa contesta: “Preocúpate del sentido y el sonido se preocupará de sí mismo”. Tengo la convicción de que, en su juego de lógica e inversiones, el verdadero sentido que transmite Carroll es todo lo contrario: “Preocúpate del sonido y el sentido se preocupará de sí mismo”. De hecho, es aplicable a una grandísima parte de su obra poética, ajustada perfectamente a la rima, pero con temas y argumentos del todo absurdos. De la misma manera que todos los personajes de La caza del Snark tienen ocupaciones que comienzan con B. Se ha dicho que Edward Lear y Lewis Carroll son los inventores o pioneros de la literatura del absurdo, pero lo cierto es que esto viene del folclore infantil, y en varias ocasiones Carroll no hace más que incluir a estos personajes en su obra, ya sea en forma literal o parodiándolos. Ejemplo de esto son Humty Dumpty y Tweedlee y Tweedledum. Ambos pertenecen a antiguos poemas del folclore infantil, y lo interesante es que Carroll hace que cumplan inexorablemente su destino narrado en los poemas. Por eso Humpty Dumpty, este huevo antropomórfico, termina cayéndose del muro y quebrándose pese a los consejos de Alicia, y