Marcelo Sepúlveda Ríos

Poesía chilena actual | Hándicap literario, siete poemas de Cristian Cruz

UNA BELLA NOCHE PARA BAILAR ROCK   Esta es una bella noche para bailar rock. A mi padre lo trajimos muerto desde Santiago, la familia quería verse reunida por fin: nuestra madre sólo recibía órdenes de la familia. “Tú eres el encargado para irte con tu padre en la carroza”. Bien, asentí, y fui a comprar cigarrillos. A la salida de la ciudad le pedí al chofer que prendiera la radio, /nos pusimos a fumar. “Mi padre fumaba también”, dije. Ya en la carretera buscaba una emisora; las radios aquí se escuchan mal producto de las montañas. “Escuchemos un cassette”, dijo el chofer. Colocamos la cinta, una selección de rock argentino, y luego preguntó si fumaba cannabis. Fumamos mientras avanzábamos /por las montañas y la carretera. Al llegar bajamos el féretro de papá y le di las gracias al chofer por el viaje. Hoy como hace dieciocho años pienso a quién debo traer de la gran ciudad, para que la familia esté unida, para que la familia sea feliz.     RELACIONES   Por la mañana leí un texto llamado Literatura + Enfermedad = Enfermedad. Al terminar no pude dejar de pensar en mis várices; mi madre las tenía en una de sus piernas /y el dolor la despertaba de madrugada. Su hermana solía pedirme ayuda para llevarla de su pieza al baño, del baño a la mesa del desayuno, y de ahí al jardín para tomar sol, su cadera se había roto mucho tiempo atrás. Ellas murieron de otras cosas: vejez, Chagas, Alzheimer. Incluso ese escritor murió un par de semanas después de escribir Literatura + Enfermedad = Enfermedad. El poema en todo esto es que alguien me vino a despertar desde un lugar remoto y cálido.     LA TRAMA   El poema es la trama que está sobre nosotros sin darnos cuenta, es la avioneta que deja entrar su ruido por la ventana y pensamos en el piloto que mira nuestra casa. Entonces la avioneta es el poema que está sobre nosotros y el piloto es el que escribe en su libreta que ha visto una casa, un auto varado en el patio, una hilera de árboles azotándose contra el viento y dos o tres pozas de agua que son dos o tres espejos  /si están quietas. Continúa diciendo el poema, que sobre el techo de la casa la sombra de la avioneta o bien la sombra del poema comenzó a pilotarla una mujer con los brazos abiertos. Nosotros que a esa hora dormíamos en casa interpretamos el sonido del poema que entraba por la ventana; más bien era el sonido del cielo, porque las avionetas son el sonido del cielo. Pero era el poema que ululaba tras los visillos  /para que yo lo escribiera.     RESTORÁN SENCILLO   La mesera te dice ¡ya, cariño!, y de manera fugaz eso estremece tenedores y muebles; este restorán, donde comen los pobres de corazón, se transforma en tu casa de acogida. No has tocado el pan del menú, no deseas tocar el corazón de nada. La mesera, los pobres de corazón y yo creemos ver el Sol en los espejos, y el ¡ya cariño! junto al bamboleo de los platos es una gambeta a la soledad, la mesa coja del corazón.     EDISON NO VISITÓ EL CEMENTERIO DE CONCEPCIÓN   Se me vino la imagen muy clara de la electricidad que por cierto no tuve por una semana en casa, un vecino me alcanzó energía con un alargador. Veía las noticias frente a la casa oscura, veía mi sombra preparando el té o buscando un lápiz o un bolso. La casa oscura me obligaba a pensar en los detalles y cosas del día; no quería por supuesto pensar en cosas extrañas, o malas, nadie quiere eso cuando la casa está a oscuras. En el Hotel Almagro decidí recorrer la ciudad, me habían hablado bien de ella, pero igualmente terminé en el cementerio; regresé pensando: ¡qué mal el cementerio, qué mal está la gente! En la cena la mesera me preguntó por la ciudad; respondí: la gente acá se quiere poco, el cementerio está por los suelos. Ah, mire, hace mucho que no voy por ahí, mi hija y mi marido están allá, un accidente, usted sabe. No, no sé respondí, y en ese momento me fui a oscuras, la electricidad me había abandonado, y pude ver mi sombra y la de ella buscando a tientas entre los platos y los manteles pero alguien prendió la luz de la campanilla de los pedidos y nuestras sombras volvieron a nuestros cuerpos: la electricidad volvió a retorcerse en nuestras vidas.     DE CÓMO MIRO POR LA VENTANA   Me acerqué a la ventana a mirar el paisaje, pero no era el paisaje, era yo que estaba allá afuera como un corpus, y cuando te digo corpus es que los árboles flotando /podrían ser mis brazos o mis piernas, no es seguro, tómalo como ejemplo; o esa pareja a orillas del río, con ganas de lanzarse o amarse ahí mismo, no puedo asegurar qué querían hacer. Pero si fijo la mirada vuelvo a las nubes y trozos celestes, eso podría ser mi cara, a ratos cubierta o despejada: qué mejor que tu cara sea el cielo. Me falta el río, no lo he olvidado, pero saca a la pareja mejor: el poema no requiere de calentura o derrota, el río, el río es importante, y el corpus también; no olvides el corpus que traspasa el cristal convertido en ti. Ahora enciendes un cigarro porque te entusiasmaste, porque no quieres dejar la ventana, que es el núcleo. Tu tronco es el río, por él trafican los fluidos, tu voz, y aunque no se ve el final de ese río piensa que tus pies son el delta, que los dedos son un brazo o un hilo de agua, que las aves y la flora de ese delta son tu cabellera. Como es de tarde, la luz que abrazaba el paisaje abandona

Testigo ocular | Yanko González Cangas

Poeta y antropólogo, Yanko González Cangas nace en Buin en 1971, viviendo su adolescencia y juventud en la comuna de San Bernardo. Su poesía temprana, con su lenguaje caprichoso y cercano al del Chile actual, ha sido un referente para las nuevas generaciones, en especial sus libros Metales Pesados y Alto Volta. Radicado posteriormente en Valdivia, nos encontramos con un poeta entrelazado en nuevos signos, haciendo gala de una lucidez que, entrando en el espiral de la psicosis, da cuenta de los estados de ánimo de una generación que conoce las causas, pero no controla los efectos. Ha obtenido diversos premios, como Arte Joven Gabriela Mistral (2000); Premio de la Crítica (2008) y Mejores Obras Literarias (2021). Actualmente ejerce como decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Austral de Chile.       Selección de poemas     PORDENTRO & PORFUERA   O sea estuvo muchos años extrayendo heces aunque vamos todos le decíamos el saca-mierdas  que traducido a su idioma vendría a ser  ducha fría o saca-piedras.   Convengamos que la mierda es memoria  del mismo modo que una palabra es la memoria de su significado repetía  haciéndose el interesante  abriendo o cerrando el peso de las naranjas  de anne michaels con dibujos de john berger.   Pero vamos un Trabajo de Mierda para colmo en negro como la mierda negra  cómo explicarlo en nuestra lengua se podría traducir como  un trabajo «verdaderamente» ingrato.   Y aunque usaba un traje guantes máscara y un lindo casco verde hedía por dentro y por fuera  de hecho yo fui el que le puse el pordentro & porfuera que en nuestro idioma  significa algo así como  el fétido externo ensombrece al fétido interno  amalgamándose hasta la hediondez extrema.   El punto es que se pasó sus buenos años  absorbiendo aquello y ya se sabe aunque las moscas cambien las piedras siempre serán las mismas.   Y de esas frases que soltaba  como para su redención futura fue quedando un fatal cansancio obvio  automáticas palabras varilla sonda acople llave inglesa papel residencia quizás quince. Mucha mierda.   Publicó algo  y volvió al Alto Volta  pero olía mal el «caca blanca» le apodó su familia. Que viene a significar más o menos sin certeza  alejándose o acercándose al campo semántico aquel que trabajó como poeta  para los que nos traen o nos quitan el trigo  de la boca.   O sea.       VE   Ve que soy su madre/ v/ ve que la visión suya está borrosa/ no v/ terminar sería la cola/ sacaría lastimarse por la pura/ no v/ v/ hasta aquí su labio dice que está entero/ y para qué nos pega con el cable/ v que distorsiona/ no le niego nada/ usted me v/ pero martillar la puerta/ vender la ropa/ robar botellas/ no es lo sano/ v/ Si le falta tratamiento debió haber avisado/ no v que acá soy la y única que sufro/ Y si le busco algo/ tendría que buscarle/ pero si no mueve el dedo/ v/ Son muchos los esfuerzos que se hacen// No suba la tele // Si no me oye/ v/ si cuando le hablo/ v/ No me va a salir hoy día sábado/ y me va almorzar la carbonada/ v que todavía está creciendo/ no v que está como una cana/ tiene que esforzarse v/ ya/ levántese ¿quiere que le prenda el cálifon?       EJEMPLO    Quieren que me vaya como si yo no quisiera irme  Entonces les digo me voy Pero al primer  o quinto paso Corren a buscarme  para que les planche el aire Les abra una zanja donde han de cruzar sus trajes.   Ayer fue lo mismo  Entendí claramente  quieren que me vaya  Eso es lo que se decían mientras cuidaba de sus niños   Yo jugaba a lo que en Alto Volta se jugaba Ejemplo La silla se llama lavabo la puerta sardina  La mesa vajilla y los zapatos cadira Entonces los niños gritaban Amarillo Ábrenos la sardina.   Era un juego y dijeron que me fuera  Que tenía que enseñarles las palabras  Como se debían   Ejemplo  abrir la boca s se dice reír.       TODOS       a edwin madrid & aleyda quevedo   quieren que uno vuelva a la normalidad  las cortinas quieren que uno  vuelva a la normalidad los gordos agotadores quieren que  vuelvas a la normalidad señora  ¿quiere que vuelva a la normalidad? hasta germán el teclado muerto ruega cuándo pagarás el teclado muerto ruega cuándo pagarás la cuota para la junta de normalidad dígame sin ambages si le apetece que me dirija  a la oficina central de normalidad a la carpeta  para postular a la normalidad din don bell  el turno de la blanca normalidad hermano hermano regresa por la normalidad  ¿me temes? dirá en quito la Mitad del Mundo  dirígete, pues, entonces, antes, a la normalidad  Palabra, en serio ¿quieres que sea rumbo a la normalidad?  es personal pero estarán tranquilos pero estarán a gusto  en fin arguméntenmelo de frente si cesarán  si mañana llego aquí y si mañana me presento  estilo normalidad por ser un dejo quizás un aire  estoy que me convierto hoy mismo  estoy que me hago de una  a la normalidad.       MARJORIE   Estoy en razón de un barco seco. Ladrando a deriva mi escorbuto. Domingo 5. Siempre es domingo 5 de milnovecientos setenta y uno para mis hijos y estoy planchando a estribor  mi escroto. Acá, siempre es acá en lo que me publico, espuma rancia  que me unta comisuras, babaespuma. Ni él ni ella, porque siempre hay un él ni ella que se hieren por la boca y no se hartan, dejarán de privarme de mi litro y mi ukelele. En la mañana necesito dos o tres dedos de ginebra para afirmar mi pulso. He vaciado las veinte píldoras de amital sódico. Me voy. Sé decirme ya tienes ese olor vinagre que da el encierro  y el escribir pedazos de poemas.  

Testigo ocular | Patricio Olivos Wohkl

Patricio Olivos Wohkl nació en Casablanca, Chile, en 1933, falleciendo en 2014. Su producción poética comprende seis poemarios, los que fueron publicados entre 1953 y 1994. Los textos que se entregan a continuación pertenecen a “Miel y sal de la vida” (1968), llamando la atención en ellos su enfoque sexual, donde el autor, con un lenguaje abierto, descarnado, transforma el erotismo en un ritual liberador. Se trata de un poeta que aún se encuentra por clasificar en la escena poética chilena.       Selección de textos     DIVERTIMENTOS SEXUALES    canta, poema, en el tropel de las aguas la evasión del tema: una alta licencia en el flanco de las vírgenes profética,  una eclosión de óvulos de oro en la leonada noche de los légamos y mi lecho hecho, oh fraude, a la linde  de semejante sueño, allí donde se aviva y crece y comienza a girar la rosa obscena del poema. Saint-John Perse     Hoy amor  en mi ataúd de otro tiempo te he sentido   sin tristeza me masturbé  pensando en ti   soledad de otro tiempo vivido en mi sombra  soledad de otro cuerpo vivida en tu cuerpo   solo desde otra soledad a horcajadas desnudo  sobre carnes abiertas a mi lengua de paloma y rocío   hoy tus piernas pálidas  eran dos lunares en las islas   solo en la semejanza en que busco  mi otro corazón perdido  en la noche de los suburbios   cuando mis pasos cayendo de incendio  en incendio me guían hacia la soledad de mi cuerpo a millones de años-luz  del despojo del espíritu   a saliva traviesa recuperando la sed del espíritu entre el pecho y los espejos que reflejan  mi alma de puta solitaria de juglar habitando los sucios rincones de la noche los orificios tibios y manchados de unas piernas abiertas  a todas las lluvias y a una lágrima de Dios  en mi ombligo   unos labios a contraluz  me recordaron  cómo eras tú hace muchas lunas  alguien que yo no conocía  cuyo cabello largo  como la cola de los caballos ocultó la soledad  de mi tiempo vencido…   y decirte que rodaron lunas como lunas  y una espada de piel tibia  atacaba mi sexo  para sentir que el verano de tus muslos  que la quebrada de tu cuello  y tu pelo húmedo de semen  están muertos que el paroxismo del amor revolotea como matapiojos muertos  como mi vida muerta   y decirte que a este lado de la sangre  mis piernas silenciosas viven olvido como aún esa estrella el país impaciente  como aún esa estrella cómo aún ese espejo en penumbra  y el amor del otro equinoccio detenido en la frente…   es tarde  languidece en mi boca  la palabra atardece en tu ombligo   es tarde la niebla interior me resucitó como sin horizonte sin eco  sin surco donde las estrellas  buscan unas manos  que acaricien su cansancio   es tarde un sonido que resucite los lagos que herían tus piernas  en mi no-ser olvidado en la infancia   sed  sed enorme  de tenderme una vez sobre el sol  sed violenta en mis ojos   sed de sentir y llenar el cielo  como una marcha nupcial  sed mojada hacia abajo por la altura sed en el ejercicio tímido de la lengua ya académica de tanto galopar noviembre en vientres  solicitando a las lluvias  el embrujo de la memoria lo perdido e irrecuperable  como la mano de un mendigo  entre sesenta y nueve lunas que sostienen mi cabeza extraviada en la llaga del pensamiento mi cabeza-semilla y semillas del llanto  por la oscilación irrecuperable de los relojes  como un ojo de mi madre crucificado entre los ojos del perro  y llorar por un aerolito caído en la enagua de mi mano  una mano hacia lo inmóvil…   si ansías conmigo el paraíso  que nace en la diagonal del cielo  hay un Dios solo que amanece en tus tatuajes antiguos  que habla por mi boca en tu boca  y te recorre dejando fuegos-señales para los regresos donde desvisto el deseo   si ansías conmigo  vivirte en otras vidas  y cultivar las maderas  bautizadas por un líquido trémulo que nace de mi piel  con olor a cama abandonada  en mi cuerpo abierto a la lucha y al quejido   si ansías vivirte en otra carne y sentir la soledad  de los cuerpos que se huelen…   ayer junto al piano de un burdel tu enagua gris  y mi alma buscaban su paraíso perdido   alguien gemía sobre tus muslos alguien  que a mi lado moría galopando  y en mi lecho oceánico  nacían máquinas tragadoras de familias insectos  y ministros sin cartera ingenieros  y sagrados sacerdotes  doctores especialistas en infinitos matapiojos   y un horizonte de madres asesinas oscurecía mi cielo…   mi hogar es un saco envejecido   voy solo y viejo  viejo y gastado como un caballo   ayer   me robaron las cejas  y desde el año azul de mil novecientos treinta y cinco viajo por el mundo con los pantalones rotos  y el espíritu parchado   esto soy en mi carne:  tomad el espíritu de un lobo  y la osamenta de un gamo   amor mío  clausura las ventanas afuera  hay ruido de tambores…   yo más lejos que nadie existía en la noche  del suavium genital volviendo de una cruz  en mis ojeras hacia un destierro entonces desconocido de mi dicha de vagina  en vagina  en vagina y pubis oloroso a noche  de reinos de otro mundo donde la penetración no exilia y el amor no cansa  ni la carne envejece…       LA ODA PORNOGRÁFICA   amancebado  hace trescientos años algún Olivos  en un burdel de España   tarde tarde de semen y toros  de pronto de lo hondo de lo oscuro un rayo de sol cae cae sobre la cama sucia   cae como un escupitajo  como un vómito  una palabra pura   cae porque cae la vida  así  nació mi poesía…   lenguas largas calientes  temblorosas llagas

Testigo ocular | Marcelo Arce Garín

Marcelo Arce Garín (Santiago de Chile, 1976). Su obra se plasma en una voz denunciante, a veces trastocada, que se desgrana en figuras retroactivas, tiernas y nostálgicas, así como en destinos crueles, injustos, que debemos dejar en nuestra memoria. Estos recursos aparecen nítidos en su última obra, “Óxido”, un poemario profundamente político, donde Arce hace resurgir a los Mártires del Chena y la Maestranza. De este libro son los poemas que se presentan a continuación.      Selección de poemas   A las obreras y los obreros   ERA CHILE EL QUE PASABA POR SUS VENTANAS ABIERTAS y ya no pasa.  José Ángel Cuevas     ÓXIDO Y HOLLÍN EN LAS INDUMENTARIAS TRAZO Y PRECISIÓN DE ALTO VUELO       NILES BEMENT Co   Con el fierro hirviendo González prende su cuarto cigarrillo del día, tiznado y serio comienza el turno Va formando con destreza y agilidad clavos gigantes que serán los encargados de sostener la ruta la rapidez será considerada al momento de llevarse las hojas secas de un otoño que pronto se retira González detiene una gota de sudor que iba directo  al fogón en sus pensamientos se desplazan las planillas que debe llenar luchas sindicales se cuestiona opacando el calor con El Ferroviario como abanico improvisado desde la radio Enrique Balladares susurra: “Yo sé que, aunque tu boca me enloquezca, besarla está prohibido sin perdón. Y sé que, aunque también tú me deseas, hay algo interpuesto entre los dos” desde el punto fijo que se crea en el taller de máquinas se observa el TREN OBRERO   María Angélica Castillo competirá desde la Caja de Retiros directo a las Olimpiadas de México entre boleros y rancheras la despiden con banderas chilenas la mejor pinta sus compañeros del taller de combustible Campeones del dominó, cacho y rayuela Un nuevo termino de jornada Maestranza Central entrena al caer la tarde conducción y control del balón las estrellas populares se lucen con gambetas y dominio cada taller aporta con su hinchada entre pilseners se discute la tabla de posición la boleta a Santiago National. Bototos pisotean overoles y gorras apuntan con sus fusiles y ordenan levantar las manos el espasmo contrajo las máquinas y fogones mientras la Cooperativa Ferroviaria de Consumo aún registra la identificación de cada uno   Once compañeros asesinados en el Cerro Chena y la sangre se desperdigó por el techo rojo al otro día el horror se plantó directo en los rostros populares Once hombres buenos menos en la producción   Acevedo / Ávila / Castro / Chamorro González / Koyck / Monsalves / Morales Oyarzún / Silva / Vivanco   (silencio)   Un arco gigante menciona a los visitantes MAESTRANZA DE SAN BERNARDO cientos de bicicletas copan el frontis, se dirigen por el cielo a la cubierta de la conciencia, juegan con el viento y los árboles de Avenida Portales, respiran hondo el descanso diario tras el pitazo final.     SCHWARZ HERMANOS Y FRIEDLER                              a Luis Reyes Vargas   Múltiples motores se prenden y apagan en los talleres como si la industria cegara los cielos de la ciudad el obrero Luis Reyes moldea el producto nacional Interruptores y enchufes Productos de menaje Iniciamos un nuevo turno en la fábrica mientras el petitorio se aferra con firmeza en los escritorios sindicales Cada rostro sostiene sudor y ternura juguetes que llegarán a los niños de la patria el Circo Donald y retroexcavadoras que iluminarán el pasaje de la población antes del apagón y el llanto Cada domingo después de llenar el puzzle el obrero Luis Reyes se ubicaba a un extremo del minicomponente al momento de elevar su dedo índice apretaba sus ojos para acompasar la música Debussy encerraba en su hogar el descanso y la alegría como cuando le apostaba quinientos pesos a tercero/ caballo UNO DE HONOR en el Teletrak de Plaza Egaña. La baquelita adorna las mesas populares democratizando al barrio y sus clubes deportivos, cada fin de año la presidenta de la junta anota a la prole que recibirá camiones y enceradoras construidas por sus madres y padres entre máquinas de inyección y cálculos de feriados y vacaciones. El obrero Luis Reyes baila a Bill Halley & His Comets/ See You Later, Alligator. Un cordón tras otro San Bernardo/San Joaquín/Vicuña Mackenna Overoles y delantales jugaban ping pong en el patio del casino continuando el itinerario de la producción trabajadores con El Siglo bajo el sobaco iluminaban los pedestales convocando a las 17 horas en el Taller A, obstruidos en los paraderos esperaban la Intercomunal 24 fumando un Hilton. El obrero Luis Reyes fue a La Moneda el 11 temprano, los pantalones de tela que utilizaba aquella mañana absorbieron la malicia milicia y preocupado guardó todo bajo el camastro. Mientras los aeroplanos aterrizaban en Tobalaba su mano tersa acariciaba mi cabeza y un zumbido acarreaba Manquehuitos y vino tinto, soplabas fuerte el humo del cigarrillo tratando de llenar las nubes de Peñalolén el barro de la cancha mojaba la rabia. Las estrellas nítidas emergen tras cada verso frente a frente debatimos el libro asomado en las pupilas en la sede sudamos dominó y sepia. Claro oscuro sollozo que venda la tráquea y su soplo. Creo que todos los chilenos tuvimos algo fabricado por la empresa Shyf nos dice una mujer agachada fuera de la botillería sostienes la mano derecha extendida sobre la frente tratando de regular perillas y termostato, calor y semilla algo que trascienda la botillería y el pago de camisetas. Abrazo al obrero Luis Reyes, atrás todos bailan y avivan la parrilla guiñas el ojo y con tu boca apuntas un camino difuso y tenue una especie de cueva negra que conduce a un silencio abrazador que posa las manos en cada bolsillo. Al pasar por un corredor exiguo apuntas con el mismo dedo que alientas a Debussy y UNO DE HONOR el Chicho me dices mientras una lágrima revienta sobre el flexit. La industria

Testigo ocular | Enrique Gómez Correa

Enrique Gómez Correa (Talca,1915 – Santiago, 1995), fue uno de los fundadores del grupo surrealista chileno “Mandrágora”, tarea que emprendió junto a Teófilo Cid, Braulio Arenas y Jorge Cáceres a fines de la década del treinta del siglo pasado. Siguiendo los lineamientos de Breton, su escritura se sitúa más allá de la consciencia tangente a lo real, estableciendo lazos con lo onírico, la escritura automática y el azar.     Selección de Poemas     FRÍO AL ROJO    Zona conocida para el que empieza a dormir Es una marea errante de muerte tranquila Como si hubiera despertado una lámpara tras un largo sueño Y pusiera los sentidos a prueba Es la zona de la concentración de la bruma De estos puros elementos da martirio Todos venidos con la última sonrisa Abriendo las puertas del silencio Para que pase el relámpago O el sonámbulo que encanta las serpientes Hoy es otro día es otra noche que se nos viene a la garganta Otra sangre que baña la memoria Elige entre el cisne o el abismo Un abismo me dirige la miraba Pasen mis queridos espectros A la vez las visiones se cortan las manos Es probable que sean prestidigitadores que perdieron la memoria Yo sólo sentía una aguja que me clavaba los ojos.   Empieza la transfusión de los líquidos magnéticos El viento se hace humo frente a mis sentidos Es preciso prolongar la mirada hasta que los ojos estallen Hasta que las imágenes se graben en la calavera del mago Una virgen cae abatida por una hostia envenenada Pero la noche mantiene intacta su vegetación Y es que ella se mantiene al margen de las hadas O es la precursora del miedo.   Nieva en la sangre del hombre Nieva porque la velocidad se arranca de los pechos Y habrá que esperar que los huesos se transformen en sonidos En una música para monumento de cementerio o de amores incestuosos Yo mientras tanto siento una mano amorosa que me ha sacado la piel del rostro Que me tacta las paredes de un pensamiento Donde el pirata se arranca uno de sus ojos como presente de novios Yo presiento estos pequeños misterios internos Una lente me quema la arborescencia del cerebro No creo en los resultados del milagro Ella ella custodiando un jardín de fiebres Esas fiebres que me producen tanta risa de vez en cuando Y me arrastrarán por fin a la evidencia Esta evidencia que se espanta de su propia sombra.   Frío al rojo, frío hasta que se estremezcan las constelaciones El frío que araña las paredes el frío desarticulando los huesos del cráneo Pero al fin frío al rojo A ti la que amó la que rompe toda noción de existencia Espérame antes que el baño de metal. hirviendo caiga sobre nuestras entrañas Antes que nos arrojen a los leopardos Esos leopardos que desaparecen con el alba.   Ésta es la voz la verdadera voz No por la tierra No por el agua No por la vida No por la nada Sólo frío frío frío.     POR LA PLUMA SE CONOCE EL AVE    Luces de la ciudad sobre la ciudad perdida Un astro puro las manos inexpertas En esas mismas rodillas para el uso del silencio Tú veías indistintamente las sombras Las represalias del beso Tú colocabas despedazadas las manos A la izquierda el faisán A la derecha un nido de águilas. Las historias Las cabezas momentáneas La improbable garganta El vagabundo El beso a raíz de su labio En fin los deseos cotidianos Igual que las miradas Estériles. Soñar así hasta el cansancio Unos guantes de terciopelo Una mesa con imperfecciones con temblores con esperanzas Una mesa viciosa. En otros lugares el miedo la soledad El árbol espanta-furias Sus labios destrozados por el silencio El olvido las emanaciones de la memoria Por su amor en el oído en la boca en las risas Para siempre los pájaros aplastados por el sol.     El LOBO HABLA A SUS PERROS    Miradme soy increíble como la noche Tal vez porque a mi cerebro Han descendido hienas en larva   Ellas se han mantenido En esas tristes historias de la infancia Con la furia del hombre que ha hecho Del orgullo el aire mejor respirable.   Estamos perdidos con los amigos En la misma podredumbre Reímos Hemos abandonado a nuestras novias En un festín de perros degollados Nubes del amor, nubes de la noche Restituidme a las fáculas ardientes de mis sueños Para no oír el ruido De la maldición que sube a los labios Y ser un tanto más negro que la calumnia.     YO ENTRO EN GAVILÁN Y SALGO EN FÉNIX    En la noche destapo la botella y soy un pájaro Que interroga a su alma Entonces la ola sube Y por un instante el aire no es más que dos ascuas.   Sentada a mi lado fascinante Siguiendo la luz De lo que es a lo posible Ella corta la nebulosa en mitades Que a la vez son dos enormes plumas.   Ella ama el misterio y le canta a la dureza Sabe que el terror le zumba en el oído Y hacer de dos días una noche Es tan fácil como transformarse En ornitorrinco.   Tú eres el fantasma que ama la pureza y cantas A las bailarinas Un muro os responde con un “sí” Más bello que un cuerpo sembrado de dientes Tú te llenas los bolsillos Y te dispones al goce.   Ahora eres el ojo que crece Y que el mar arroja después del naufragio Imaginad que ese ojo Esté amenazado por la dentadura de un bull-dog Entonces yo no sería más que esa llama Que mis antepasados portugueses Buscaban en el agua O en el aire y aún en el fuego Y después se perdieron En las ciudades heladas del sueño Para despertarse a doce pulgadas de mi alma.   Ahí te buscas y te golpeas la frente Miras el cielo Y las nubes

Poesía chilena actual | Cristián Gómez: «Poemas al Padre»

Cristián Gómez (Santiago, 1971), poeta, traductor y profesor de literatura radicado en EEUU. Ha publicado una decena de títulos desde “Al final de lo lejos y otros poemas del escribano” (1997) hasta “El hombre de acero” (2020). Los poemas seleccionados pertenecen a su libro inédito “Padre y otros poemas”.   SELECCIÓN DE POEMAS   YO SOY EL QUE AYER NO MÁS DECÍA   Se supone que hoy en día está prohibido escribir poemas. Los amantes de los gatos (y la comida naturista) ejercen el poder. Es su derecho. Pero el comandante  caído en Los Queñes es una herida que no cierra.  Es un problema que tendríamos que discutir sentados alrededor de una mesa. Habría galletas  y un termo con café. Los vasos están hechos de un material que mantiene el calor pero no te quema las manos. Nos sentamos a debatir el significado de una palabra  que todo el mundo olvida en presencia de los miembros  del Comité: los manteles de plástico son una parte sustancial  de la política del partido. Mi madre ponía hojas  de eucalipto encima de la estufa. Hojas de eucalipto  hirviendo en agua. Eso es de lo que tendríamos  que conversar. De la falta de talento para sentarse tranquilos   delante de una cerveza           y dejar que se termine sola.      CAPTATIO BENEVOLENTIAE CON VISITA AL DOCTOR   Acompañé a mi viejo al doctor y pasé a tomarme un café mientras lo esperaba. Me puse en la fila para poder entrar, porque sólo atienden de a una persona. A pesar de que era invierno estaba soleado y me quité la chaqueta. Los autos pasaban por la avenida y la gente salía de ese lugar como se sale de un supermercado que está en oferta o al abandonar una tienda de antigüedades  donde no existe el tipo de lámparas que tenías  en mente. Una teoría de la sociedad posmoderna  podría construirse a partir de estos materiales, pensé mientras contaba el vuelto. Los taxis  estacionándose encima de la acera. Los guardias al interior de la entrada.  Los pacientes pendientes del teléfono y sus familiares pendientes de ellos. Tendría que confirmarlo con Pellegrini –me dije, como para asegurarme de no estar dando la hora.  La hora de mi viejo podría terminar en cualquier minuto, así que empecé a caminar hacia la consulta.  Me senté en una de esas sillas ahora separadas una por medio:   para los arqueólogos, todas las vasijas están rotas. Los fuegos artificiales asustan a los perros. La violencia intrafamiliar    causa traumas irreparables en el desarrollo de los niños.  La isla de plástico que flota en el océano se extiende por kilómetros  a la redonda. Los aerosoles contaminan el medio ambiente. Todo monumento al mar exige medir el tiempo entre una y otra ola.  La batalla de la vida está perdida de antemano, pero lo heroico.                                           .                         Cleveland-Santiago-Cleveland-Chicago,                                                     marzo-octubre del 2021      ÚLTIMA CENA    De repente, sin darme cuenta,  mi padre está aquí. Estoy  en la cocina, pero escucho su voz en la sala. No sabía que iba a viajar, que iba a venir de sorpresa. Termino de prepararme algo y salgo a recibirlo, voy a darle un abrazo e invitarlo a que se siente con nosotros. Me imagino que debe estar cansado  por lo largo del viaje, las escalas que debe haber hecho y el peso de la maleta que no ha cambiado nunca. Llegó justo cuando vamos a cenar, pienso. Llegó  en el momento en que todo estaba listo para que fuera una tarde como tantas otras. Pero ahora que mi padre está con nosotros cada palabra será como nueva. Y las conversaciones girarán en torno a ese tiempo que no nos hemos visto. Tal vez alguna anécdota, quizás un nombre o un clima que haya sido inclemente. Pero ahora que mi padre está con nosotros. Pero ahora que estamos con mi padre.               PADRE   El hombre de acero está durmiendo pero la autopista no parece darse cuenta. Cabecea de brazos cruzados como inmutable copiloto que prefiere guardar silencio   mientras el camino cubra esa distancia equivalente a un futuro que no parece tenerlo contemplado. Una  cámara fotografía el número de nuestra patente   para que a nadie le queden dudas de que intentamos  escapar de los efectos más tóxicos de la criptonita pero no pudimos: el hombre de acero va muriendo   sin que nada podamos hacer para despertarlo. Abre  los ojos pero no mira porque la carretera no le pertenece si no ha manejado a más de noventa por el carril    que lo devuelva hasta Santiago. Cuando llegamos finalmente al aeropuerto y le digo viejo, despierta, ya estamos, parece recordar que las autopistas son   un sueño, aunque la visión de rayos X ahora le falle y ni siquiera pueda cargar sus maletas. El cigarrillo le renueva las energías, casi podría decir que alcanza   a despertarlo. ¿Cómo andai de plata?, me pregunta antes de despedirse, no vayamos a confundirnos por un par de pestañadas, el hombre de acero   nunca le tuvo miedo a la gramática, es preferible que el barco se hunda a nadar sin haber aprendido  sobre las aguas de un mar que no puede enseñarle   otra cosa que no sea a despedirse: el último llamado  a los pasajeros es nuestra forma de escribir en el cielo. Mi padre es adiós. La clase turista mi país.        YO, NORMA DESMOND   1.-   La vejez es contagiosa. Comienza como un virus que en un principio te permite limpiarte  la boca con una servilleta y mantener las llaves de la casa

Testigo ocular | Gloria Dunckler Valencia

Gloria Dunckler Valencia, poeta de ascendencia alemana nacida en Pucón, Chile (1977). Su obra transita en escenarios de mestizaje, situándose entre dos culturas: la mapuche y la alemana, lo que se puede observar claramente en sus dos primeras publicaciones, “Füchse von Llafenko” (2009) y “Spandau” (2012). Su tercer poemario, “Yatagán” (2015), sigue la misma senda de sus anteriores textos, aunque internándose además en la historia de Chile, en específico en el vínculo entre los inmigrantes alemanes y el movimiento nacional socialista criollo, que surge en los años treinta y se enlaza desde entonces a diversos episodios de la vida nacional. En cuanto a su estilo, Gloria Duncker desarrolla una poesía directa, narrativa, incluyendo fechas y lugares, así como citas de autores. El fragmento seleccionado -perteneciente a “Yatagán”- hace alusión a la “Matanza del Seguro Obrero” (1938), episodio en el cual un grupo de nacionalsocialistas chilenos -que intentan una absurda revolución- son masacrados por orden de Arturo Alessandri Palma, el “León de Tarapacá”     Yatagán (fragmento)   En las parroquias cantan las máquinas. Zurcidoras no aflojan la costura y el sol que se abre paso entre dedal y cordillera. Por las casonas del sur niñas ofrecen manteles bordados sábanas de sacos harineros telas ásperas y nobles que bien amortajan a difuntos y nacidos. Pequeños del norte regresan con mermelada la bolsa de mate, un cuarto de manteca. Niños descalzos, gañanes alegres que vendieron la infancia.                                                                                                                              La patria vieja y la nueva ceñidas al estandarte canción nacional y palabras solemnes. Allí los comisarios, los parches en la camisa uno, dos, tres rayos y la inicial de su región. Se habla del honor y el trabajo. De la palabra empeñada.  “En el nombre de Chile, en el nombre de los que labraron el prestigio y la gloria de Chile, juro consagrarme por entero y por siempre a la grandeza de Chile”. Después se brinda y se cantan los himnos. “Adelante, chilenos aguerridos, con vigor y entusiasmo a la acción; a juntar todo Chile, engrandecido, en un solo cerebro y corazón”. El poeta del «Balance patriótico» soñaba la idea continental de resistir en bloque y recitó a los cuatro vientos: “¿Hasta cuándo, señores? ¿Hasta cuándo? Entre la vieja y la nueva generación, la lucha va a empeñarse sin cuartel. Entre los hombres de ayer sin más ideales que el vientre y el bolsillo, y la juventud que se levanta pidiendo a gritos un Chile nuevo y grande, no hay tregua posible”. En su discurso nos adoctrina de valorar el espíritu de una raza aunque fuese una agridulce fiesta de araucanos y españoles. Pensar en «hombres, antes que programas» rescatar Chile para los chilenos la malla, el mar, los peces de cobre. Que nos falta unir, aceitar, depurar cambiar las piezas vencidas «el resorte principal de la máquina» cultivar el temple, lo vernáculo la firmeza en los propósitos. Muchos dieron su palabra de que la vida entregarían por cambiar un país. Los jóvenes con la figura del brazo musculoso también empeñaron su sangre por la «grandeza de Chile». En las esquinas los niños gritaban «queremos comer». Estudiantes realizan operativos médicos y las muchachas acopian alimentos, medicación. El sacerdote recién llegado de Europa aún no cimenta su hospedería. Futuros abogados limpian calles laboran en puentes y campos disputan terreno a las milicias contrarias. Otros se afanan de manera parecida los verdes, los azules, todo el arcoíris de cabeza contra la miseria. “Nuestra sociedad se caracteriza por una falta de verdadera educación social. La manera atropelladora de comportarse en las calles, los hábitos desordenados, la falta de consideración para con los demás, todo ello manifiesta un individualismo exagerado y la ausencia de formas. Cada cual se considera omnipotente. No es sorprendente que nos falte esta cultura social, porque somos una sociedad arribista, surgida en pocos decenios sobre la base de un fundamento rustico y aldeano”. Fuego sostenido y cruzado. Vidrios rotos y trinchera de muebles. Bloqueo del quinto y sexto pisos. Rehenes incomunicados en oficina. En los estudios de una emisora la transmisión es interrumpida y jóvenes que arrebataron micrófono declaran: “¡Ha estallado la revolución!”. Concentración de Alianza Popular Libertadora homenajea revolución de antaño. Uniformados de ayer son el pueblo de estos días y claman ser guiados por su General de la Victoria quien volverá para terminar la misión. Al señor del agua potable y los hospitales, buen amigo de su caballo. Ya nadie recuerda sus tiempos de fiera dictadura los engaños y conspiraciones el fustigador de anarquistas y sindicatos su estado de sitio, el bozal de la censura, el destierro de sus enemigos las huelgas que empujaron su caída el exilio en la Argentina después y su retorno el 37 a levantar campaña. Ahora todos aplauden —esperanzados— al forjador de instituciones. Están todos ligados. He visto conservadores en amigable charla con comunistas. Son todos compadres en la organización de la desorganización. Sus enemigos quieren hacerles aparecer como apaleadores de rotos les provocan para eso. Cuando empiecen a caer los verdaderos enemigos de la patria los sanguijuelas y parásitos yo dispararé codo a codo con ustedes. El mundo es Trabajo.  Con ustedes Joaquín Edwards Bello ¿Qué sueños prendieron aquellas almas? Allí la furia de un zarpazo juvenil y la decisión de retar a sus verdugos, un olvido necesario para la historia oficial. En las calles las fuerzas de choque no paran. Un aviso de bomba genera pánico. Y los familiares restringen la salida de sus jóvenes. (Pero estos huyen por las ventanas sobornando a hermanos chicos). Departamento administrativo exige austeridad pues la caja ya no costea las fianzas y escasean los insumos de oficina. Radios y periódicos se niegan a pasar avisos y

Testigo ocular | Fernando Alegría Alfaro

Integrante de la generación del 38, Fernando Alegría Alfaro (Santiago, 1918) fue un prolífico narrador, crítico y poeta chileno conocido ampliamente por la publicación de novelas como “Lautaro, joven Libertador de Arauco” (1944) y “Caballo de Copas” (1957), así como por su extenso trabajo académico y crítico que desarrolló principalmente en universidades de Estados Unidos, país donde falleció en 2005. Agregado cultural durante el gobierno de Salvador Allende y coautor junto a Ángel Parra de un disco de cuecas, la poesía de Fernando Alegría -menos difundida que el resto de su obra- muchas veces se mezcla con los anhelos populares y nuestro folclore, dando cuenta de demandas que en el Chile de hoy aún no encuentran respuesta. Le debemos, además, una magnífica traducción del poema “Aullido” de Allen Ginsberg.     SELECCIÓN DE TEXTOS   LIBERTAD BAJO FIANZA   Hoy le vi cara al pueblo. Le estreché la mano, reí con él, lloré con él.   ¿Quién es el pueblo? Preguntad a estos hombres, que tengo frente a mí y no preguntéis en voz baja. Alzad la voz, mirad con orgullo; os responderán valientemente.   He aquí a ciertos presos. No temáis ni su arrogancia ni su humildad, y la muerte que lleva cada uno como un halcón sobre el hombro.   ¿Quién es el pueblo? Es la voz que se quiebra en un sollozo y se afirma en un puño cerrado. Es la mano que cae sangrando de la cruz y recoge en el surco la esperanza. Es el ojo estupefacto y triste que de pronto me mira y saca a un héroe del barro. Es un corazón de greda y un ídolo de rojos geranios que se echan a caminar por mi patria.   ¿Quién es el pueblo? Soy yo, facón de zapatero que clavó una estrella contra la madrugada. Soy yo, hoz iletrada que cortó de un golpe la yugular de un latifundio. El hombre que calentó el invierno en un tarro y bebió la angustia con el hervor del vino, la naranja y la canela. El hombre, tal como lo veo hoy, de pie, anónimo, atento, exigiéndome la vida porque la vida le quitaron para hacerlo mi hermano.   ¿Quién es el pueblo? Es el mástil de Chile que navega en una botella. Es la mujer que cruza los viejos muros de adobe, el niño, la fruta, el cigarro y el álamo, la tierra seca y la extensa helada, el rancho abierto, la vaca, el cura y la campana, el juez y la puñalada Allí está el pueblo frente a mí en esta mañana de agosto, y me pregunto: ¿Es que yo también soy pueblo? ¿Soy aquél que ellos desean y esperan? ¿Traigo acaso la palabra justa, o la palabra hombría, la palabra honrada o la palabra dignidad? Si traigo vanas abstracciones o elegantes amuletos me quedaré solo entre los muros de esta cárcel.   Pero puede ser que traiga la vida que estos hombres olvidaron allá afuera. Traigo muerte para el simulador, vergüenza para el que destapó la vida como una botella y se arrinconó a beber su propia conciencia. A quien le duele la vida como una sarna no puedo hablarle de lujosas plagas y pasárselas por vida. A quien escupe el amor sobre una pared desnuda no puedo fingirle amores entre colchas privilegiadas. Ni puedo cantar la soledad a quien la tuvo entre las piernas cinco años y un día.   Dejo pues la letra muerta y tomo mi vida para encuadernarla en llamas. Mis nuevos compañeros llevan en los ojos la madrugada del hijo pródigo. Conversemos entonces en este gran día de los presos y nuestra conversación sea sobre la libertad del hombre. Nos entenderemos combatiendo, riendo, llorando, blasfemando. Sé que escribo para el pueblo porque mi palabra ya se ha hecho hombre y este hombre se siente para siempre libre.   Escribir para el pueblo es crecer como un árbol de amplia copa, envolver en raíces la tierra y el cielo, poner sangre y luz en el corazón de esta cárcel.   Escribir para el pueblo es quedarse vibrando como un álamo al amanecer, ardiendo como un bosque en el sur de Chile, entrando como una lenta marea a la vida. Escribir para el pueblo es escribir con la mano que siembra, que cosecha, que combate, que ama. Escribir con la mano que hoy estrecha a la mía con la sonrisa que me alienta con el brazo compañero que se extiende sobre mis hombros.     EL PAÍS DEL MOVIMIENTO   He aquí que la tierra tembló y las montañas submarinas cambiaron de lugar. Los volcanes se abrieron rugiendo y sangrando para cubrir de fuego y cenizas la escarcha de los lagos. Los ríos perdieron su curso y ganaron en cambio el camino de la ciudad. Las islas, finalmente, levantaron ancla al amanecer.   Intranquilo recogí mis redes. A veces en las redes se viene el recuerdo de mi pueblo. Con la primera ola cayó la catedral. Repicando, repicando pasó el campanario en dirección a altamar. Pasaron luego generaciones tras generaciones, casas que durante siglos vivieron en silencio de la caridad de las ballenas. Pasaron ensartados, tal como se oye, ensartados en un cable de galeón, como un collar de ónix, viejos fueguinos arrastrando cofres de oro. Se cose la inmensa rada amarilla, cosa que parece increíble, y en la noche resplandecieron las estrellas de barro repletas de perlas.   Pasó velozmente un bombero a caballo en la torre edilicia. De la Plaza del Pueblo partió un teatro cargado de gentes hacia Magallanes. En cuanto a mí, pasé también río abajo a mayor velocidad aún, encerrado en el comedor con mi familia flotando a la par de corpulentas encinas. Los vecinos se saludan, la muerte dejó perdido a su remolcador. Así pasa la vida, como pequeñas golillas de espuma roja, como ligeras cabezas de hombres, de corderos, de mujeres, de vacunos. Rizada subiendo del archipiélago.   He aquí, me dije, un país que cae de su pedestal de hielo y

Testigo ocular | Ximena Rivera Órdenes

Poeta chilena nacida en Viña del Mar en 1959. Producto de una infección hospitalaria fallece en 2013 en el hospital Carlos Van Buren. Su breve obra, sin acentos externos, solitaria, dialoga con el deseo profundo y frágil, construyendo discursos en los que muestra su extrañeza ante sí misma y ante el mundo. Su primera publicación fue “Delirios o el gesto de responder” (2001). En 2016, Ediciones del Cardo editó su obra completa.       Selección de Poemas   *   YO RECUERDO UN ESTADO de la noche, una especie de olvido sumamente físico, un olvido cósmico, por decir algo, que para ustedes se manifiesta en sueños. Es una navegación que me lleva de mi nombre hacia la noche, noche abajo; un viaje nocturno, una ruta por un brazo de la noche, que soy yo misma. Me digo Ximena para reconocerme, me nombro, y lo olvido. Ya sé: es la locura que viene, y en el río de aquella noche lloro con un llanto que corta la piel y reseca la lengua. Cuando salgo de puerto, de inmediato reconozco el hecho insólito de una nueva lengua: me creo en otro país, por lo tanto, estoy en otro país; ningún nombre está sujeto a sus cosas, los nombres están salidos, idos de sus cosas. Todo es intercambiable, pero en un principio entendible y aceptable. Por ejemplo: la calle es un río, la pared un árbol, mi bebé un ícono.                       LA MÁS POBRE DEMOSTRACIÓN DE AMOR   I   No basta el recuerdo de los cinco días que le precedieron no basta mi presencia ni la medianoche ni la esperanza siempre no basta, sabemos que no basta que los hijos son otra cosa siempre.   Ahora callo entre la niebla y las sombrías aguas. La contemplación de la vida de Valeria se clava en mi corazón como una estaca.   Yo sospecho que me será negada la alegría que seré dividida en muchas voces que el corazón no muere cuando uno cree que debería.   Fui con hojas resecas a visitarla fui con hojas siempre hojas heladas, verde olivo hojas, hojas llenas de códices fui verdad solitaria y sola.   II   Recuerdas, mi niña, la tarde de Santiago. Ese momento, esa desdicha,  esos golpes que escuchamos como un plaf en el cuerpo de la desconocida. Mi recuerdo, Valeria, la convierte en historia en guion, en argumento pues ese cuerpo persiste en mí como la costra de cemento que soporta la tierra que esparcimos y que ahora dibujamos para representar  otras historias.   III   Valeria está dormida sus pensamientos están dormidos. Valeria está dormida sus piernas y sus pies están dormidos. Valeria sueña en la butaca en sus manos un cucurucho de palomitas de maíz restos de mazapanes y dulces eso es lo que creo. Y después es la película de Coppola  lo que ha entrado en mi corazón él ha levantado el corazón de los antepasados él ha levantado el corazón de los que nos precedieron y nosotros hemos buscado el corazón de los antepasados y de los que nos precedieron y él me ha dicho que hay que buscarlos y yo los he buscado y los he encontrado y él me ha dicho que hay que matarlos y yo los he matado y él me ha dicho que tome mis escritos y yo le he dicho que no quiero mis escritos que no me importan mis escritos y él me ha dicho que tome lo que quiera como ejemplo en mis escritos y yo entonces he alargado mi brazo en la butaca y he tomado el obstáculo mayor que es su mirada del mismo modo que el obstáculo mayor que es su mirada del mismo modo que el obstáculo mayor son mis escritos los cuales no me han impedido que yo tome como obstáculo mayor a su mirada pues el mal de mi cabeza no puede impedir que tome el obstáculo mayor como son su mirada y mis escritos. Y si el mal está en mi cabeza, Valeria yo no he retirado el mal yo no lo he puesto fuera, y si el mal está en los orificios de mis narices yo no he retirado el mal yo no lo he puesto fuera, y si el mal está en los orificios de mis ojos yo no he retirado el mal yo no lo he puesto fuera, y si el mal está en los orificios de mis oídos yo no he retirado el mal yo no lo he puesto fuera. Yo no he separado el bien del mal yo no te he separado de mí, Valeria no me he separado de tu cabeza de tu nariz de tus ojos de tus oídos nada más mi mano fue alargada en la butaca nada más que la película de Coppola no tiene fin.   IV   Valeria llega a la rotonda con la manía del zoológico en la cabeza y la promesa que va y viene de zapatones y dulces dentro de su alma. ¡Ay! Nanita las formas del cariño son grandes ¿me recuerdas?   Te seguiría, Valeria, por todas partes desde Barrancas hasta Pudahuel y te llevaría al centro donde hay hermosas tiendas con banderas y pancartas para que te distraigas para que se te pase.   Yo sueño volver a la tranquilidad sin arcángeles furiosos y sin el tiempo que hace daño, ya se me pasará, Nanita y seré entonces la misma de siempre la de todos los días.   Dice, el especialista, que mis sueños de dormida al igual que mis sueños de despierta no son míos verdaderamente son algo agregado a mí son tránsitos, dice quizás pleitos que uno tiene con el pasado y el monótono espectáculo de bardos melodiosos que hechizan a la multitud atenta.   Entonces, sin entusiasmo le pido que ponga música de radio y le hablo de la familia y le hablo de la infancia y comienzo a repetir mi nombre primero

Testigo Ocular | Héctor Figueroa Muñoz

«¡Ah, si ustedes hubieran conocido a Lucy, mi peluquera loca! / Una verdadera bruja, un hechizo de placer en la cama, / del baño a la cocina, de pie en el pasillo o bajo el parrón del patio, / en cualquier parte humedecíamos el cielo / (¡regálame tu lechecita, chico maricón!). // Fue un largo idilio, una borrachera intensa. / Hasta el día de hoy me arrepiento de haberla echado / con temor a que me pillara mi madre / haciendo de su antigua casa un lenocinio / con mujeres mayores que ella.» H.F.M Héctor Figueroa Muñoz nace en Santiago (1969), específicamente en el barrio Matta, viviendo allí hasta su muerte en 2019. Su poesía, de carácter vitalista y en constante diálogo con la literatura, muestra las andanzas y desandanzas del hablante, en un constante paralelo entre la figura del poeta y del boxeador. Sus textos por lo general son de carácter referencial, situándose en entornos familiares, barriales, laborales, estudiantiles, de amistad, los que observa a través del crudo prisma de la ironía. Contestatario y crítico, su poesía cuestiona no solo su ambiente más cercano, sino que se enfoca en la realidad del Chile de la dictadura y la post dictadura, mostrando la vida de los perdedores del sistema. Publicó, en vida, un solo poemario, aunque bajo dos títulos: “Groggy” (2003) e “Intemperancia” (2007).     “Groggy” Selección de poemas     Aunque la poesía no hace que sucedan cosas, dedico este libro a Nelson Figueroa Muñoz, muerto de sida a los 26; por tu homosexual hombría para enfrentar la catástrofe, porque te marchaste del país hipócrita y catolicón y ya nunca más te volveremos a ver.   CASA NATAL                                                                                                                           Mira nuestra juventud,                                             qué alegría más triste y falsa.                                                                      Jorge González  Tarde o temprano, majareta o no pero en retrovisor, hablarás de lo mismo: de aquella casa grande del musaraña dueño de casa (adolescente tardío con veintitantos), donde fuera de consternación primavera más invierno, entre la basura de los rincones y el demonio o solitario entre la multitud como un ditirambo al presente, iba desplegándose la fiesta, el carrete bello de la estupidez con actores torpes y desquiciados, refractarios a un futuro que los pillaría –solteros o en matrimonio– de la peor manera: con trabajos mala paga y ojos fijos a un horizonte con forma de televisor.   Luego de la diáspora sanguínea (padre calentón, hermanos responsables e independientes), lo que importa aquí es el asunto que lograste echar abajo, derrumbar completamente la antigua casa de tus padres (que alguna vez fuera el típico hogar de la familia chilena que tanto cuesta levantar para los de tu condición al menos). Bajo plenaria decadencia del imperio eternas, anodinas noches exprimiéndose como limón seco, vieja casa, en que ahora sólo ruidos de fábrica. Entre las habitaciones y los pasillos de ventanales rotos vientos disolutos de fantástica inmediatez, una situación de carpe diem como consciente a la tempestad, punto metal cero que sobrevendría.   Y tú como único imbécil anfitrión para ese variopinto zoológico, con todo tipo de aves y animales: punkis vegetales, aspirantes a escritores, mujeres despechadas, absurdos thrash; cesantes, lesbianas y homosexuales, todos amigos de un algo que jamás se concretó.   Humo y jazz, muchachas pálidas y melancólicas entrando y saliendo como rayos de luna en tu cuarto; tristeza y locura, días inválidos, jarana interminable a dos cuadras del Matadero.    INTEMPERANCIA  Se escapan solos y libres en la línea. Técnica, oficio, no importan tampoco la fama ni el anonimato porque a esa hora hay puro sentimiento como victrola vieja con tango nuevo y todo tiene sentido, es precisa la imagen el arranque y el vuelo magníficos, más solitario que de costumbre.   Si me vieras, amigo Lowry, precioso en la fuga.   Así es la soledad, el encanto de escribir perfectamente borracho.   EDIPO                                                       Sí; la vida es mujer.                                                                        Nietzsche   De adolescente que tengo un problema que me encanta: obnubílanme las mujeres mayores, no todas por supuesto, pero sí las hermosas, de rostro o cuerpo o simplemente de conmovedores gestos.   De aquel etario grupo fantástico me gustaron y síguenme calentando, una que otra vecina, las madres de mis amigos, las suegras de mis hermanos (aunque también a veces tengo rarezas, como la de encontrarme masturbando con mujeres más jóvenes o cercanas a mi edad como son la raza de las cuñadas, yo que tengo cuatro, cuatro cuñadas que no me pueden ver pero que por esto mismo me las violo mejor, con rabioso orgasmo de ellas inclusive).   Se sabe, hay mujeres de las que uno se enamora por su pura voz o la forma de callarse, su forma de sentarse o de sus movimientos lentos de pantera nocturna e insatisfecha; ¡hay mujeres de las que uno se enamora por cualquier cosa!   Maduritas mamacitas, de rostro ojos o piernas prodigiosas. Mis imposibles son: Paloma San Basilio, Faye Dunaway, Gloria Ana Chevesich, Jessica Lange, etc. Pero mejor no ficcionar, sigamos en