UN DOMINGO CUALQUIERA DESDE LA VENTANA
El bosque guarda una sabiduría evidente, aunque repetitiva
enseñanzas tan distantes como ilegibles
sin relación alguna con el amor ni la verdad.
Los sabios y los místicos adoraban a estas presencias
yo también las he intuido en ciertas calles, ciertas avenidas
sin tener la fuerza como para seguir el hilo
la señal inequívoca
y así, pasan los años:
nada sucede, nada cambia
lo posible y lo imposible quedan en sus propios dominios
y el Edén persiste como un parque sin mantenimiento
donde niños y criminales bailan ante pequeñas fogatas
lejos de sus casas de buenas familias
18 DE OCTUBRE
Alguna vez pensé: “cuando llegue ese momento
en que la Historia toque a mi puerta
Cuando ese instante que tanto esperaba
se presente gloriosamente ante mí
no lo pensaré dos veces
y saldré a la calle con lo puesto
para unirme a la algarabía de mis hermanos
y caminar juntos
en un mismo trote desordenado y jubiloso”
Ahora que ellos avanzan
en largas filas por plazas y avenidas
mi puerta permanece silenciosa
y yo sigo aquí, esperando su señal
en el mismo sillón verde olivo
de mis treinta
y mis cuarenta
Aunque tomara la iniciativa
y saliera por mi cuenta
sólo vería espaldas
un mar de espaldas cada vez más grandes
más robustas
a medida que avanzo,
las palabras sueltas de un plan ininteligible,
las señales típicas de las sectas y las cofradías,
rostros y oídos cada vez más ensimismados,
el lado blanco del ojo
sin señales de reconocimiento
LA RENUNCIA
Llevo varias semanas tratando de presentar mi renuncia
la llevo de manera evidente, entre mis manos
a la vista de cualquiera:
de personas que me hablan sobre su propia vida
hasta que pasan las horas
y ya es imposible decirles nada al respecto
A pesar de mi férrea voluntad de dimitir
sigo asistiendo a las cenas de la empresa
donde, hay que decirlo,
la comida es buena y el vino es decente
y donde, la bondad y la alegría de mis colegas
—así como su amor excesivo por los más jóvenes—
no dan lugar a la verdad ni a sobresaltos
Su amabilidad supera a mi determinación.
Su cariño, a estas alturas, es como una cárcel
Debilita mi voluntad a tal punto
que si una de las jóvenes descubriera ese momento decisivo
—con esa intuición aterradora que tienen las mujeres—
y pusiera su mano sobre mi hombro
yo no mencionaría el asunto nunca más
y viviría con mi renuncia lista
aferrada en el fondo de mi bolsillo
MARCO AURELIO EN EL PRETORIO
Mientras escribía sus Meditaciones
Marco Aurelio aún era capaz
–bajo las carpas del Danubio,
rodeado por el trote de la caballería
y las armas de los soldados–
de rectificar su mundo interior
de entender la naturaleza de los hombres
y de guiar a padres e hijos
por la ancha senda de los maestros
Nosotros en cambio
–sin guerras a la vista,
hermosos y carismáticos,
y demasiado ansiosos por los lunes–
hacemos como que escribimos
todos están haciendo algo
y no podemos ser la excepción
LOS ÚLTIMOS DÍAS DE MARZO
Hay algo amenazante
en la ambigüedad de estos días extraños
Una inminencia de preguntas difíciles
que no se alcanzan a formular
Se empuja un vaso hasta la orilla
infinitamente aburrido
sin saber qué hacer
Se arrojan palabras insensibles
analizando sus respuestas
y las primeras dudas del personal
Y los amores de lejos:
esos planes que nacen
con la misma inconsciencia de los sueños
desenfundan su esperanza triste
contra el consenso insoportable de la época
Se podría vivir perfectamente, sin problemas,
arrellanado en la comodidad del yo:
en la incongruencia dolorosa
de ser uno mismo
pero uno siempre busca otro amor
y permanece inquieto entre la paz de los lirios
soñando con la posibilidad de una guerra
LÍMITES
Rayén
apenas puedo vivir entre dos lugares:
el adentro y el afuera
el hoy y el mañana
Quizás uno sólo
Jamás tres o cuatro
ni hablar de cinco o seis
El alma fue hecha para una sola tragedia
La propia
No me pidas compasión por el dolor ajeno
ni lamentos por las grandes estepas
Si se sufre, se ha de sufrir en silencio
no se cura el dolor multiplicándolo
LEJANA E IMPERFECTA
Donatella, no sigas tu camino
quien más se acerca, más se aleja,
quien odia a la vida con ganas
la ama en secreto
Tu madurez no te asienta
Tu blusa blanca, tu cuerpo sinuoso,
esconden algo táctil y poco elegante
Aquí está tu nombre
tal como lo escribiste
Aquí está tu ropa
tal como lo dejaste
Ven, ríndete al misterio
reúne a tu belleza con tu descuido
y escucha mi llamado desde el jardín
No hay alegría como un amante sarnoso
ni emoción como dejar una vida buena
Ven, ríndete al misterio
las fucsias se caen cuando no las miras
y el sol destruye las murallas
que ilumina con su aliento
Demora el instante de tu huida,
alarga tus días iguales
y dale más dudas que certezas
a esta cabeza sin sosiego
LA OTRA ORILLA
No siento amor o simpatía por nadie
sólo piedad
piedad por sus mares y sus hijos
por sus perros dejados a su suerte
La breve ventana del amor
no es más que el cambio de luces
para el forastero
el fundamento del choque del navío
para el que todas las costas son extrañas
¡Cuántas lanzas rotas
por un abrazo ruinoso
de quien es incauto
y merecería morir mañana!
los amo
los odio
¡qué más da!
Trastornos del afecto
Encandilamiento permanente
entre el amor y el desprecio
PAISAJE CON MAR Y NIEBLA
Misticismo zafio de mares inconducentes
bruma implícita de pensamientos escorados
horizonte fijo de palabras indecentes
reflexión quieta de amores recordados
Amanecer triste de días consecuentes
noches tibias de besos demorados
resaca fría de miradas indolentes
lluvias tersas de eneros olvidados
Misticismo zafio de mares inconducentes
rocas grises de sexos anudados
playa triste de aguas inclementes
niebla fina de océanos plateados
y en la esquina inferior
un
pescador
en
la
arena
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Cristián Rodríguez Büchner (Valdivia, 1985) ha publicado el libro de cuentos Lluvia de barro (2012), y los poemarios Caligrafía del insomnio (2017) y 19 poemas (2020). Los poemas seleccionados pertenecen a su libro El deseo de partir (Observatorio 19, Temuco, 2024), cuya sección inicial recoge los textos publicados en 19 poemas.




