Poesía chilena actual | «Antimujer», cinco poemas de Carolina Sepúlveda

CAMADA

 

Arrastrándome a cuatro patas

recojo el olor de tu cuello

lamiendo la sombra de tu abrazo

camino con dolor de hombros

y una pata menos

 

Tiritando de frío

tiritando de miedo

media perra

ladrando auxilio

 

Han robado a mis hijos

los huachos destartalados y sin padre

los hijos de perra

que aguardaban en las esquinas

 

Que alguien me acaricie el lomo

Y sacie estas mamas tristes y secas

que alguien encuentre a la media mujer

que me dejó el vacío

al medio hombre que me dejó a patadas

que alguien refresque este sexo débil

de perra vieja

 

De perra sin ojos

de media perra

de perra entera

 

Yo soy la perra palabra

un trozo de carne

una perra contigo

una camada de sexo compartido

una perra

una perra

pariendo gritos.

 

 

EL AGUA SE HIZO PARA DAR FORMAS A LAS COSAS

 

Escupo una mueca sobre el mundo

esta mitad del cuerpo dañada

esta mirada doble que me atraviesa con un tajo en la cara

 

Sobre mi cama

el cuerpo de un hombre recién nacido

se retuerce

el temblor de su carne inútil

esa máscara

una melodía engañosa

 

Al otro lado

mi madre repite el rito

entre las piedras de mi padre

saca la lengua y bendice

 

Yo me caigo

una y otra vez

me caigo

mordiendo la piedra que me clavaron entre los ojos

esa huella impertinente de hembra herida

 

Los ojos de mi padre me apuntan

rompiéndome los sesos

 

Mi sexo gotea una lágrima espesa

dejo que llore

 

El agua se hizo para dar formas a las cosas

como la humedad de su cuerpo ardiendo

entre roce y roce

 

Como la humedad de mi cuerpo ardiendo

entre roca y roca

 

El agua se hizo para dar formas a las cosas

el reflejo de un orgasmo desmenuzado y triste

la erección de un parapléjico ciego y corrupto

la niña que viola a un gato con su dedo

 

Mi perra lamiéndose la vulva

escarbando con su lengua

ahí mismo.

 

 

HARINA DE OTRO COSTADO

 

Tantas cosas perdí

y ahora he vuelto con los ojos preñados

colgando

siendo bestia en corral ajeno

con el hocico sangrando

perfumado de gritos

con los brazos cansados

de tanta piel muerta entre las uñas

de tanto dolor

de tanta mugre enrojecida.

 

 

PIEL SECA

 

Desde mi boca un cordón amargo

surge hacia ti

como reptil ciego

 

Duele

como la humedad huérfana

que se acomoda en mi cama.

 

 

EL DÍA TIEMBLA EN SUS CUATRO COSTADOS

 

El cielo se abre

escupiendo su ojo sobre mí

tengo las piernas abiertas

por si brota un árbol

A Q U Í

donde la humedad es diaria e impertinente

como tu ausencia

 

El día tiembla en sus cuatro costados

y esta isla es la más isla

sólo cabemos yo y mi pelo

 

El día tiembla en sus cuatro costados

y esta soledad

que llevo rompiendo

aplasta mi cara sobre la pared

y mi boca muerde su boca

y mi ojo mira su ojo

 

P R O F U N D A M E N T E.

 

 

 

 

 

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Carolina Sepúlveda (Santiago, 1978). Fue becaria de la Fundación Neruda en 2003. Ese mismo año obtuvo mención honrosa en los Juegos Literarios Gabriela Mistral. En 2004 publica Antimujer (Al Margen Editores, Santiago), libro del cual fueron tomados los poemas de la presente selección.

 

 

 

 

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