Testigo ocular | Enrique Gómez Correa

Enrique Gómez Correa (Talca,1915 – Santiago, 1995), fue uno de los fundadores del grupo surrealista chileno “Mandrágora”, tarea que emprendió junto a Teófilo Cid, Braulio Arenas y Jorge Cáceres a fines de la década del treinta del siglo pasado. Siguiendo los lineamientos de Breton, su escritura se sitúa más allá de la consciencia tangente a lo real, estableciendo lazos con lo onírico, la escritura automática y el azar.

 

 

Selección de Poemas

 

 

FRÍO AL ROJO 

 

Zona conocida para el que empieza a dormir

Es una marea errante de muerte tranquila

Como si hubiera despertado una lámpara tras un largo sueño

Y pusiera los sentidos a prueba

Es la zona de la concentración de la bruma

De estos puros elementos da martirio

Todos venidos con la última sonrisa

Abriendo las puertas del silencio

Para que pase el relámpago

O el sonámbulo que encanta las serpientes

Hoy es otro día es otra noche que se nos viene a la garganta

Otra sangre que baña la memoria

Elige entre el cisne o el abismo

Un abismo me dirige la miraba

Pasen mis queridos espectros

A la vez las visiones se cortan las manos

Es probable que sean prestidigitadores que perdieron la memoria

Yo sólo sentía una aguja que me clavaba los ojos.

 

Empieza la transfusión de los líquidos magnéticos

El viento se hace humo frente a mis sentidos

Es preciso prolongar la mirada hasta que los ojos estallen

Hasta que las imágenes se graben en la calavera del mago

Una virgen cae abatida por una hostia envenenada

Pero la noche mantiene intacta su vegetación

Y es que ella se mantiene al margen de las hadas

O es la precursora del miedo.

 

Nieva en la sangre del hombre

Nieva porque la velocidad se arranca de los pechos

Y habrá que esperar que los huesos se transformen en sonidos

En una música para monumento de cementerio o de amores incestuosos

Yo mientras tanto siento una mano amorosa que me ha sacado la piel del rostro

Que me tacta las paredes de un pensamiento

Donde el pirata se arranca uno de sus ojos como presente de novios

Yo presiento estos pequeños misterios internos

Una lente me quema la arborescencia del cerebro

No creo en los resultados del milagro

Ella ella custodiando un jardín de fiebres

Esas fiebres que me producen tanta risa de vez en cuando

Y me arrastrarán por fin a la evidencia

Esta evidencia que se espanta de su propia sombra.

 

Frío al rojo, frío hasta que se estremezcan las constelaciones

El frío que araña las paredes el frío desarticulando los huesos del cráneo

Pero al fin frío al rojo

A ti la que amó la que rompe toda noción de existencia

Espérame antes que el baño de metal. hirviendo caiga sobre nuestras entrañas

Antes que nos arrojen a los leopardos

Esos leopardos que desaparecen con el alba.

 

Ésta es la voz la verdadera voz

No por la tierra

No por el agua

No por la vida

No por la nada

Sólo frío frío frío.

 

 

POR LA PLUMA SE CONOCE EL AVE 

 

Luces de la ciudad sobre la ciudad perdida

Un astro puro las manos inexpertas

En esas mismas rodillas para el uso del silencio

Tú veías indistintamente las sombras

Las represalias del beso

Tú colocabas despedazadas las manos

A la izquierda el faisán

A la derecha un nido de águilas.

Las historias

Las cabezas momentáneas

La improbable garganta

El vagabundo

El beso a raíz de su labio

En fin los deseos cotidianos

Igual que las miradas

Estériles.

Soñar así hasta el cansancio

Unos guantes de terciopelo

Una mesa con imperfecciones con temblores con esperanzas

Una mesa viciosa.

En otros lugares el miedo la soledad

El árbol espanta-furias

Sus labios destrozados por el silencio

El olvido las emanaciones de la memoria

Por su amor en el oído en la boca en las risas

Para siempre los pájaros aplastados por el sol.

 

 

El LOBO HABLA A SUS PERROS 

 

Miradme soy increíble como la noche

Tal vez porque a mi cerebro

Han descendido hienas en larva

 

Ellas se han mantenido

En esas tristes historias de la infancia

Con la furia del hombre que ha hecho

Del orgullo el aire mejor respirable.

 

Estamos perdidos con los amigos

En la misma podredumbre

Reímos

Hemos abandonado a nuestras novias

En un festín de perros degollados

Nubes del amor, nubes de la noche

Restituidme a las fáculas ardientes de mis sueños

Para no oír el ruido

De la maldición que sube a los labios

Y ser un tanto más negro que la calumnia.

 

 

YO ENTRO EN GAVILÁN Y SALGO EN FÉNIX 

 

En la noche destapo la botella y soy un pájaro

Que interroga a su alma

Entonces la ola sube

Y por un instante el aire no es más que dos ascuas.

 

Sentada a mi lado fascinante

Siguiendo la luz

De lo que es a lo posible

Ella corta la nebulosa en mitades

Que a la vez son dos enormes plumas.

 

Ella ama el misterio y le canta a la dureza

Sabe que el terror le zumba en el oído

Y hacer de dos días una noche

Es tan fácil como transformarse

En ornitorrinco.

 

Tú eres el fantasma que ama la pureza y cantas

A las bailarinas

Un muro os responde con un “sí”

Más bello que un cuerpo sembrado de dientes

Tú te llenas los bolsillos

Y te dispones al goce.

 

Ahora eres el ojo que crece

Y que el mar arroja después del naufragio

Imaginad que ese ojo

Esté amenazado por la dentadura de un bull-dog

Entonces yo no sería más que esa llama

Que mis antepasados portugueses

Buscaban en el agua

O en el aire y aún en el fuego

Y después se perdieron

En las ciudades heladas del sueño

Para despertarse a doce pulgadas de mi alma.

 

Ahí te buscas y te golpeas la frente

Miras el cielo

Y las nubes son el musgo

Propicio a una bandada de estorninos.

 

Has atravesado las bóvedas del tiempo

Te has mezclado al relámpago

Has jurado venderle tu alma a la noche

Ya que eres el ala llameante de los malditos

Ya que conocéis los encantos y delicias de la noche

Ya que habéis llorado antes que el origen de las lágrimas

Disparad todos vuestros revólveres sobra el cielo y el hastío

Porque aún así

Alma eres un poco menos que yo.

 

 

OTRA VEZ EN EL MUNDO ÉTICO 

 

Todo lo que es posible tiene también su realidad 

La hoja lanzada al vacío la lengua separada de la palabra. El perfil cortado del rostro el olvido desligado del amor 

Eternidad es lo mismo que decir forma de las cosas

El bien es lo absoluto, el reposo, la consecución de la 

Se está en el mal por el contenido 

Por la evidencia del movimiento. 

labra 

forma 

Cuando yo recuerdo el rostro de una mujer que me es familiar

Que me sume en la incertidumbre del amor 

Que me exaspera en las exigencias del placer 

 

Una soledad horrible me golpea la frente. 

por eso. O estoy con lo negado 

Con la noche que niega al día 

Con el fantasma que transita por entre las noches. Con el hambre devorante del hombre frente al infinito. 

muchedumbres

Y a pesar de todo hay luz hay conocimiento 

Con angustia con amor de la angustia 

A duras penas 

Con el contenido del amor en el contenido del mal

 

 

LA TEMPESTAD 

 

Como en otro tiempo se abrirán las aguas

A la señal de la hoja

Todo el espíritu se descargará de un solo golpe sobre los cielos del estío

Yo pasaré entonces por ese sendero donde las algas y los peces me tenderán sus manos despiadadas

Y me contarán las más extrañas historias de aventuras leídas en la infancia

Yo conoceré el secreto del mar.

 

A menudo suelo volcar mi alma en el espectro solar

A menudo me abandono a los caprichos del instinto al olvido de mí mismo

A la cacería de los pájaros liras.

 

Pero yo me pregunto

De quién es esta voz que tiende una celada a mi oído

De quién los insultos que por mis labios se proferían al mar

De quién el vendaval que azota las capas profundas del cerebro.

 

Nadie ha reparado en la vuelta de la mano a su origen vegetal

Ni en lo que sucedería si el ojo tuviera las mismas pretensiones

Acaso el amor perdería entonces el imperio sobre la razón

Sobre lo que me convulsiona

Tanto más

Como lo que sería capaz de producir

Una gota de agua en el fondo del vaso.

 

 

EL ALMA CRECE SIEMPRE EN LA SOLEDAD 

 

Pero cosa inevitable 

El alma crece siempre en la soledad 

Se hace visible aún al ojo humano 

Se despoja de sus pretensiones de fantasma. 

Ahora se interna en el ácido y la sonrisa del tiempo, 

Penetra al espanto y se entrega a la danza 

Nada le detiene 

Ni el vacío ni la quemadura del vacío. 

Un sueño ilusorio siempre vale más que una realidad 

Un corazón desconsolado más que un animal doméstico 

Un seno más que la nariz 

Pues el alma como el sueño tienen su nariz.

 

 

EL VÉRTIGO DE LA NOCHE 

 

Sigo la llama a través del abismo

Después de haber calentado mis manos en el pasado

Soy y pertenezco al silencio

Al odio negro

Con su terror tantas veces inmóvil

Soy este blanco donde los pájaros picotean.

 

Tal vez hacía a la densa obscuridad

Donde la nostalgia

Teje sus banderolas que los niños escupen

Se saludan las novias

Mientras yo me callo recordando

A este amor

A este divertido amor

Que pudo salvarme de oleaje de la memoria

"Alto has de ser y en altura te convertirás”

Yo me recuerdo y ésta es la nostalgia.

 

Se sigue en el avance de ese espacio

Que es dos veces más oprimente que el vacío del corazón

Yo moriré por el vacío

No como el que siempre tembló a la orilla del abismo

Sino como ese maldito

Que por primera vez vio su rostro frente a la imaginación.

 

Por esto dejo que el corazón baje a la memoria

Permanezca en el silencio

Para no ser yo

Sino ese puro movimiento del sueño.

 

 

LA LISTA NEGRA DE MANDRÁGORA 

 

Después de la luz caerán derribados

Los perseguidores del placer.

 

Se había visto una ventana negra junto a un mar

Con Islas fosforescentes

Todos ellas apuntaban al hígado.

 

En el fondo del mar desde la edad del hielo

Con el ácido que transforma de golpe las medusas en corales

Una noche que será más pesada que nunca a los párpados

Un revólver que en otro tiempo pudo haber sido la libertad

Yo soy ese revólver como el mimetismo es a la hoja-volante

Y tú la más bella de entre las bellas.

 

No se sabe nada de la relación del fuego con el pico del pelícano

Ni de la pirámide de sal que devora el árbol del cerebro

Una luz pasa petrificando los espectadores

Y en la obscuridad sólo sangran sus pies y sus manos.

 

Yo me río del hombre que cae y de la mujer que no abandona su sexo

Como el soldado su fusil

Esa mano que aprisiona es un fantasma

Y yo soy más negro que nunca.

 

No podría traicionar a los amigos del insulto

A los niños que crecen sólo para el uso de alguna antigua armadura

Por deleitarme yo me consumo

Duro como el olvido que la sombra ha hecho de la luz

Negro como la maldición del más negro.

 

Más adelante el aire solidifica sus hermosos senos al aire

Todo el mundo desaparece menos un pequeño oasis que arde en el cerebro

Y que tú pueblas con innumerables hipocampos.

 

Desaparece para siempre el sonido de la tierra

Los árboles vuelven al hielo

El oído y el ojo consiguen la libertad con tal decisión

Que yo termino por entregarme a la rapidez cambiante de los sueños

Con vértigo.

 

 

LOS DEGOLLADORES

 

Que la vertiente tenga aún su provisión de visiones

Que la nube sea todavía el autógrafo

Que yo lo diga todo sin miramientos

Sin que disminuya la temperatura de sus cámaras

El vapor que se enreda en las uñas

La flecha rechazada por sus ojos el granito

La luz petrificada las pesadillas horrendas

Todo esto más lento que ángel

Que el brillo de las cárceles

Tal vez por carbones o pústulas entre piedras

El descenso de los cráneos

La llave y los enigmas de la mano

El beso que cae a causa de la gravedad

El cadáver y su espuma

El corazón y sus calambres

Las costumbres y sus calambures

Mejillas duras como fantasmas

Invisible el llanto en reposo

Sobre las espigas de sangre

De papel sediento.

Pensar de nuevo en la caña de azúcar

La aureola que forman sus sienes

Los arrecifes alrededor de la garganta

Los finos dedos que pasan

Los cabellos convertidos en gusanos

Los heliotropos y las raíces de sus cuerpos

Los grandes crímenes los alambiques

La historia de sus ojos.

Las horas transcurren en las aguas

Los rostros arrugados las escamas y sus cenizas pálidas

Así como sale por los poros un cuerpo de bailarinas

Ser el eterno condenado a muerte

Sentir el peso de una mujer huida del cementerio

Con las mismas arrugas de la muerte

Con los mismos fuegos fatuos

Y el cielo con sus excrementos amortajados

 

 

OBRAS

 

Las Hijas de la memoria (1940)

Cataclismo en los ojos (1942) 

Mandrágora, siglo XX (1946)

Lo desconocido liberado seguido de Las tres y media etapas del vacío (1952)

El calor Animal (1973)

La Pareja Real (1985)

Las cosas al parecer perdidas (1996)

 

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