Testigo Ocular | Abel Sandoval Ormeño

Abel Sandoval Ormeño nace en la comuna de Laja, región del Bio Bio, en 1953. Inmersa en el entorno sureño, en su poesía se mezclan temas como la soledad, la naturaleza, la angustia social y existencial, así como la imagen de la mujer, siempre ausente, siempre presente, en versos escritos con rítmica sutileza y una capa de pesadumbre. En 1980 publicó “Arcoíris”, su primer libro.



Selección de Poemas



AÑO DOS MIL


El tesoro antiguo

viene alumbrando

sobre mi silencio.

Voy clavando

mi espuela

en el patio oscuro.

Salto en las madrugadas

Abandonando mi manto.

Escucho caer el agua

sobre las mentiras

sembradas de esperanza.

Veo los hombres

el tiempo parece verde.

(Siempre igual todos los años)

En una rama lejana

               

Canta un pájaro

(Fruto del ingenio humano)

El viento detuvo su andar

el universo ruge

las computadoras no responden

el año dos mil

cortó su rama blanca.



HOY ES DÍA DE TEMPORAL


Hoy es día de temporal

      el viento arrecia

   y el mar embravece,

ambos hablan su idioma eterno

      mezclando sus orígenes.

                En tanto yo

camino en mi propio temporal

        agotado por la pasión

      que el amor desencadena

    y me embriago de tu aroma

       al recordar tu presencia.

             Y soy un relámpago

          en el horizonte de tus ojos

persiguiéndote por sobre la tormenta,

              tratando que tus ojos

              despierten a los míos

antes que la furia desatada me arrebate

       y sea yo el eco profundo del amor.


                  

RETORNO 


Cuando deje la existencia

Vendrán a saludarme

Aves de todos los plumajes

Graznarán

En la hora quebrantada

Y andada la noche

Disputarán

honores en la comedia

voy oliéndolos

en mi aullido final

y canto

el aire se enrarece

-todos duermen-

yo los miro

con la rabia impotente

los vuelvo a mirar

luego viene el sueño.



FLOR DE TIERRA


Todo está a flor de tierra

¡Claro, todo!

Tus misteriosos dientes

Tu vientre de bruta domesticada

La vida

Que galopa

En la grupa del tiempo

(Es medio día)

en el templo

cae el sol

marcando

misteriosos signos

(El portero abre la puerta)

alguien tropieza con la historia

y descubre las redes

curtidas por los vientos

mordida por los peces

todo está a flor de tierra

¡Claro, todo!

Hasta los años

De tu ausencia prolongada.



QUIERO


Quiero el consuelo de tu carne

un beso de amor anhelo de tus labios

una palabra minúscula

que se abrace a las sombras

en el libérame del ensueño

anhelo el yo de las tardes

que se abrazan en tus ojos

quiero tus dedos salados

en esta ausencia flotante

donde los árboles de siempre

se divinizan en el minúsculo tatuaje

de tu sombra que palpita

gozosa en mis brazos

en este simulacro de oraciones

donde tu parecido y el mío

llenan de tibieza el arcén del crepúsculo

luego existimos entre la realidad

y la prueba humedecida de tus ojos.



CUARTO RECINTO


        Y todo yo fui sacudido por el estruendo nuevo,

        nuevo tañer de las campanas, de los silencios

que me nacieron en aquella hora de cuatro mil quince días

 que se asoman por entre los recuerdos de tus piernas

  que reposaban en mi cuarto adormecido de fragancia

     fragancia de centinela- de tabaco- de mañío verde

y así fui descorriendo el velo de tu pubis y descubrí tu sexo,

sexo y nieves blancas de espejos azules en el espasmo,

espasmo y sinceridad fueron uno a uno sucumbiendo

junto al rítmico ametrallar del uno y dos y tres saltado…



LA NOCHE


                         La noche

              con su sombrero negro

          sale al encuentro de la luna

        y yo con mi ropaje perfumado

             cabalgo sobre la estación

           suspendida en el último rayo

               que tiñe de rojo y amarillo

                    las puertas del cielo,

                       en tanto, colgado

                       de la última rama

                          el pájaro trina

                  su canción de despedida

                 y el árbol que la sostiene

             se sacude suave por el viento

                    dejando caer sus hojas

                            como la noche

                          su negro sombrero

                  sobre este rincón de la tierra.

                 


LA NOCHE CUAL DIOSA NEGRA


La noche cual diosa negra

      viene a consolarme

          en este olvido

donde desapareciste lejana

              dejándome

   con el deseo palpitante

        como tu cabellera

que flotaba al aire misterioso

        allá en la distancia

donde el mundo rumorea incesante

              la palabra perdida

           y yo subo de la noche

  hasta los primeros rayos del alba

para encontrarme iluminado en la esperanza

                        más no apareces

          y me pierdo en el desconsuelo

                     de no ver tus ojos

                    iluminando mis días



RÍO BÍO BÍO


            No hay tiempo en esta noche

          para crecer y jugar con el viento.

   Estoy ocupado contemplando tus aguas

buscando los peces en su refugio de silencio.

                             Hace frío,

                   en mi alma hace frío.

                        Una lluvia lenta

                   desciende silabeando

     gotas desventuradas sobre tus aguas

         y la arena va quedando bañada

                por las voces de tus olas

confundidas con otras voces que me buscan

                     donde lentamente

                  tú y yo nos abrazamos

                      con salvaje fuerza

                      hasta verme morir

              en la noche de estrellas altas.

                        Ya no hay tiempo

           para crecer y jugar con el viento.

                            ¡Ven Bío Bío!

                           En esta noche

                            a envolverme

                   entre tus secretos brazos

               hasta el día de mi resurrección


                 

MIEDO 


                  Miedo,

  tengo miedo del jueves santo

       de la crucifixión eterna

   de las tres de la tarde del viernes

cuando la sangre inocente regó la tierra

               y el velo del templo

         se rasgó en señal de duelo.

                           Miedo,

                       tengo miedo

               y ya no es jueves santo

   y ya no hay crucifixión romana

      pero tú y yo somos a diario

      crucificados en la angustia

   y nuestros cuerpos lacerados

por el furor de los poderosos.

                         Miedo,

                     tengo miedo

             y ya no es jueves santo

                   sino un día más

     en esta soledad del mundo

              que perdió la fe

          en el Mesías prometido.



           

ANGUSTIA 


Sollozo hacia dentro

hacia mi carne vacía

donde mis ojos cerrados

niegan ver el humo

que brota de mis manos

luego fumo

y exhalo al infinito

la imagen rota de mi sueño

y pienso que vendrás 

-Porque hace tiempo que no vienes –

y siento que te extraño

el aire de mi cuarto

aun huele a tu presencia

y reposa en mi lecho

tu cuerpo desnudo y nuevo

como cuando bullíamos

plenos de entusiasmo

y tú ríes y cantas y bailas

luego degustamos las uvas

uno a uno nos saboreamos

lentamente uno a uno

nos vamos degustando

todo el polen

uno a uno

en este galope nacarado

es día, es noche, es día, es noche,

mi cama vacía de día, de noche

hacia dentro

sollozo con mis ojos cerrados.




OBRAS 


Arcoíris(1980) 

Escritos para un día nuevo (1999)

Mi palabra. Antología personal (2013)

Comentarios
Compartir:

1 comentario en “Testigo Ocular | Abel Sandoval Ormeño”

Responder a Rejestracja na Binance US Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *